Oyendo entre otras cosas, a Ana Torroja, "no se si es buena idea decir adiós..." y es que tantas veces lo he hecho, que empiezo a acostumbrarme... aunque de ese adiós único en mi vida no me acostumbro, y trato de evitar recordarlo. Aún siento sus manos tocando las mias, como queriendose quedar con un poco de mí, mirándolo de reojo a través del umbral de la sala de embarque. Mientras, me quería ver fuerte, como si nada hubiese pasado, y como si nada pasará, después de ese primer (y último beso sincero) creo que mi mundo se destruyó al saber que ese beso sería el último.
No se como puede ser que despúes de convivir tanto no haya quedado NADA. Si hay algo que me duele es eso. No haber dejado huella en él. Y eso es lo que me hace un nudo en la garganta. Ser ahora dos completos desconocidos.
400 golpes contra la pared
han sido bastantes para aprender
a encajar con gracia y caer de pie
esconderlo dentro y llorar despúes
por eso cuando dijo que no me quería
apreté los dientes dije que me iría
Mil pedazos de mi corazón
volaron por toda la habitación.
Se quedaron todos rotos por el suelo
uno fue a clavarse en su chaqueta de cuero
los cogí de prisa y me los guardé
por si hacían falta para otra vez.
En medio de mi pecho queda un agujero
pa' que no se viera puse mi sombrero.
Deje un trocito dentro de su bota
para que le duela si se va con otra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario