Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.
En esta relación perdí, pero aprendí muchas cosas. Aprendí que querer con todo el corazon y entregarme totalmente, no me quita de nada, al contrario, me da buenos momentos, aunque no serán eternos, pero alegrarán mi vida.
miércoles, abril 06, 2005
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