domingo, febrero 13, 2005

Así es la vida, de caprichosa, a veces negra.

Hasta me da risa como es la vida. Hoy le di la oportunidad a un chico de salir conmigo. No es el gran galán, pero me pareció simpático. Amigo de la familia, Cuate de mi primo, amigo de mi amiga, hermano de la amiga de mi hermana. Todo parecía genial. Chico amable, interés de buscarme.
Así que decidí darle la oportunidad. El pasaría por mí.
Efectivamente, llegó, muy puntual, con su hija.
Hasta ahí, la cosa no iba mal, fuimos a la fiesta de su hermana. Genial, la hermana encantadora, sus amigas muy gentiles, "la suegra" maravillada, me trataron como de la familia.
Detalle: él fue a llevar a su hija y solo cruce dos frases con él en la fiesta.
Así que lo invité a salir por la noche, mis amigas acostumbran salir, así que no era mala idea llevarlo.
Llegó puntual. Se tomó una cerveza. Y desapareció. Hasta que lo volví a ver bailando, muy abrazado de una chica.
Llegué corriendo a verme al espejo.
Fin de la historia.

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